Las vías verdes son trazados ferroviarios actualmente en desuso que han sido acondicionados para ser recorridos tanto por caminantes como por cicloturistas.
La vía verde del Tajuña es muy fácil de seguir, toda ella cuenta con un firme de asfalto de inconfundible color rojo.

 

 

 









Iniciamos nuestro camino en la localidad de Morata de Tajuña, tomando como referencia la vecina localidad de Perales de Tajuña. La vía se inicia cerca de la entrada al pueblo, tras un tramo urbano (pasaremos junto al cuartel de la Guardia Civil), nuestra vía se empareja a la carretera M-506, iniciando su recorrido rural hacia Perales.



















Por un paisaje agrícola, nuestra pista roja nos conduce sin sobresaltos hasta el solar donde estuvo la estación de Tajuña. Aquí arrancaba un ramal por el que los trenes subían hasta Chinchón y Colmenar de Oreja.

  Al otro lado de la carretera podemos ver el puente metálico de este ramal. Este tramo, sin acondicionar, solo es transitable unos 3 kilómetros, hasta una cantera. De nuevo, en la ruta acondicionada, nos vamos acercando hacia Perales.
Llegamos a Perales de Tajuña. Su estación ya desapareció y su trazado lo configuran actualmente las calles del pueblo. Aquí se abre un ramal, que sigue fielmente la antigua vía, atraviesa el pueblo y se dirige hacia el viaducto de la A-III.




Este tramo se interrumpe unos cientos de metros más adelante de la autovía, por lo que, después de visitar este bello tramo interrumpido (al pie de las espectaculares cuevas de Perales) hay que bajar a buscar el otro ramal de la vía verde que arrancaba en Perales (queda a menos de 300 m).








La Vía Verde se dirige, ya hasta su término, sobre unos caminos rurales de la margen izquierda del Tajuña. Un paisaje agrícola, de perfiles suaves, sin rampas, nos lleva hacia Carabaña. En la orilla contraria del Tajuña se sitúa Tielmes, pueblo al que podremos acercarnos utilizando la primera carretera que encontramos. En este lugar existe una pequeña área de descanso. A orillas de la carretera, hacia la derecha, la vía nos lleva hasta una ermita. Desde allí, hacia la izquierda, la Vía Verde sigue atravesando la vega del Tajuña, dejando en la orilla contraria la curiosa y bien conservada estación de Chavarri, donde en tiempos se cargaban las botellas de la famosa “Agua de Carabaña”.
Y ya estamos llegando al final de un nuevo tramo sobre la ruta.
A la altura del cruce con la carretera de Carabaña a Brea de Tajo, la pista roja, llega casi a orillas del río, donde un hermoso molino nos marca la entrada a Carabaña.



Desde aquí, seguiremos hacia la derecha por la carretera de Brea hasta alcanzar la continuación de la vía verde hacia la izquierda. Este nuevo tramo discurre hasta Orusco en paralelo a la explanación del Ferrocarril de los 40 días, construido durante la Guerra Civil. Junto a éste llegamos frente a la localidad de Orusco.




Cruzamos bajo la carretera.
Éste es uno de los tramos más agradables de la Vía Verde: pasaremos bajo pequeños puentes, entre arboledas, en algún caso sobre tramos casi acantilados sobre el río. Poco a poco nos vamos aproximando al término de la ruta: Ambite. Un cerrado pinar que la vía atraviesa limpiamente nos deja en la explanación de su antigua estación. Una pequeña área recreativa, con fuente es un hermoso lugar para contemplar esta pequeña localidad, la última de la Comunidad de Madrid antes de entrar en Guadalajara.





Para terminar, recordamos al viajero que en Carabaña sale un ramal de la Vía Verde del Tajuña, es el denominado “Tren de los 40 días” que hace referencia a la prisa con la que hubo que construirlo durante la Batalla del Jarama. Este ramal, que ha sido acondicionado como vía verde, une las localidades de Carabaña, Valdaracete y Estremera y tiene una longitud de 13 Km.



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